Cada 9 de Julio, la historia nos convoca. Recordamos aquel día de 1816 en que un grupo de representantes, reunidos en Tucumán, tomó la decisión valiente de declarar la independencia. Pero más allá del homenaje, esta fecha nos invita a pensar en el presente: ¿qué significa hoy ser un país verdaderamente independiente?
Desde Tierra del Fuego, la provincia más austral de la Argentina —que lleva con orgullo en su nombre a la Antártida y a nuestras Islas Malvinas—, esa pregunta resuena con fuerza. Porque la independencia no se limita a un hecho histórico; es un desafío que se renueva todos los días.
Han pasado 209 años desde aquella declaración, y aunque el mundo ha cambiado, el espíritu de lucha sigue siendo necesario. Si en aquel entonces la independencia implicaba liberarse de una corona extranjera, hoy exige defender nuestra soberanía en múltiples dimensiones: económica, energética, cultural, ambiental. También significa garantizar derechos concretos como educación de calidad, empleo digno, salud, igualdad de oportunidades y una vida libre de violencias.
Desde este extremo del país, sabemos que la independencia no se reduce a palabras. Se construye con decisiones, con participación, con justicia. Está presente cada vez que se valoran las identidades provinciales, que se protegen nuestros recursos naturales, que se respetan todas las voces. Es independencia cuando seguimos reclamando verdad y justicia, cuando abrazamos la diversidad, cuando luchamos por la inclusión de los pueblos originarios y por una Argentina más equitativa.
También es independencia garantizar que nadie quede atrás, sin importar su origen, su identidad, su historia o su situación. Porque no hay libertad real si no hay igualdad.
En un contexto complejo, tanto a nivel nacional como internacional, desde Tierra del Fuego abrazamos esta fecha con esperanza. Creemos que la independencia no fue solo un acto fundacional, sino una tarea colectiva que se renueva en nuestras escuelas, hospitales, barrios y universidades. En cada espacio donde se construye comunidad y se trabaja por el bien común.
Hoy, ser independientes es defender la justicia social, la soberanía, la dignidad. Es creer que un país más justo no solo es necesario, sino posible. Y que lo construimos entre todas y todos.
¡Viva la Patria!